"El primer golpe fuerte que recibí en mi vida, me lo dio mi padre - admitió frente a mí el conocido boxeador y convicente relator- Esa putiza, de padre y señor mío que él me dio estando muy chamaco, fue porque robé en casa propia y por tomar un dinero que no me había ganado con el sudor de mi frente"...
Experiencia que lo forjaría en la profesión de pugilista, simpre listo para romperse la madre en un ring y en todos los sentidos para obtener fama y muchísimo dinero. Yo diría, para ganarse el cariño incondicional del público y la aceptación total hacía su persona, el "Púas" es un tipo simpático, abierto y transparente que no se guarda nada.
Todavía recuerdo el gesto suyo de pícaro lividinoso cuando me hizo esta confesión: "Así de feo como me ves, no he recibido la negativa de mujeres buenísimas que han estado en mi cama, en mi king size pues cuando era de petate ni las pulgas querían brincar ahí... je je. Y aunque sé que ya no me encuentro en mi mejor momento y pese a haber perdido mucha lana gracias a un puñado de viejas lagartonas que me vieron la cara, pues las nalguitas cuestan un resto y yo pagué por ellas, todavía no me he visto en la necesidad de acudir con las vecinitas de mi colonia para echarme un taco... Flas bach en recuerdo de un grande del box mexicano.