EN BOCA CERRADA / Papá, soy Julito y no haré tiznaderas
Por
Claudia De Icaza
(27-Abr-2012).-
Me pregunto si, aun teniendo el derecho de reclamar ser reconocido públicamente como hijo biológico de un gran actor recién fallecido, es ético y prudente hacerlo de inmediato, cuando ni siquiera han pasado los días de duelo.
Aposté a que algo así iba suceder con Julio Vega, supuesto hijo de Julio Alemán, pero no imaginé que iba actuar de manera tan mezquina y atropellada, utilizando argumentos baratos, cuando fue cuestionado en Ventaneando sobre el objetivo que perseguía.
"No quiero ninguna herencia, esa ya corre por mis venas", dijo con aires de suficiencia, mientras mostraba ante la cámara una fotografía suya de muy joven, alegando el gran parecido que tiene con quien asegura es su papá.
No conforme, tuvo la osadía de abanicarse con unos documentos que mostró ante las cámaras, para enseguida guardarlos dentro de su saco y señalar: "Avalan mi verdad, y muy pronto daré a conocer su contenido".
Aquí no cabe la trama de un culebrón tipo telenovela, donde una prueba de ADN viene a revelar lo que alguien con intenciones oscuras no deseaba que se supiera. En este caso, las cosas fueron aclaradas en su momento por quien tenía que responder a todas las dudas que había a este respecto.
Julio Alemán fue muy contundente cuando se le cuestionó sobre dicha paternidad: "¿Por qué una mujer se tarda 24 años en decirle a un hombre que tuvo un hijo con él? ¿Por qué ella y mi supuesto hijo no accedieron a someterse a la prueba cuando yo se los pedí? ¿Por qué voy a responderle a un señor de 60 años que anda buscando papi?".
A Julio Vega se le olvida que hay una memoria colectiva registrando todos los pasos que ha dado para ganar pantalla colgándose del nombre de un famoso.
Fueron años los que con esta anécdota logró llamar medianamente la atención, años en los que se negó a realizarse la dichosa prueba, argumentando que la petición hecha por su supuesto padre significaba una humillación para su mamá.
¿No peca de incongruente? Fue él, no Alemán, quien decidió abrirse con los medios para soltar la bomba. Y si la bomba iba traer como consecuencia que se supiera a detalle cómo fue concebido (tras una noche de copas, una noche loca), él y nadie más que él ha puesto en evidencia a su progenitora.
Insisto, este conflicto comenzó a gestarse hace mucho tiempo, y Alemán buscó darle solución de todas las formas posibles y con discreción (¡me consta!), fuera del alcance de los dimes y diretes a los que Julio Vega quería llegar, visualizándose como el personaje principal.
Gran oportunidad para revivir la historia de aquel chavo que, a sus 14 años (así describe la escena), miraba la televisión y encontró que tenía gran parecido con el hombre que salía en pantalla.
Era Julio Alemán, y aunque ignoraba que pudiera ser su verdadero padre, se refirió a él de este modo delante de su mamá: "¿Por qué cada vez que lo veo siento que lo quiero?".
Alemán fue un hombre transparente que nunca ocultó sus romances extramaritales. Jamás se negó a responder preguntas incómodas, ni con relación a su salud ni sobre esos furtivos romances.
En cambio, Vega siempre se contradice: Por un lado asegura que no reclamará la herencia y, por otro, advierte que de salir positivo el examen, aceptará lo que le corresponde por derecho.
Creo que hay muchas maneras de dignificar la imagen de una madre y de un hijo supuestamente no reconocido... ¡Tache!
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