Por
Claudia de Icaza
HIJO DE TIGRE...
¡Qué lección de templanza, sencillez y profesionalismo nos dio Raúl Araiza hace unos días, mientras daba la nota sobre la muerte de su padre! Y es que nadie podía imaginarse que al abrir el programa y al ponerse a bailar buscando hacer reír al público, sobre él cargaba la enorme tristeza del fallecimiento de uno de los grandes del cine y la televisión, como lo fue el productor Raúl Araiza.
Únicamente los que hemos tenido la fortuna de conocer personalmente al "Negrito" sabemos que es de los pocos artistas que se comportan genuinamente estando frente y fuera de la pantalla.
Ironías de la vida: cuando inició como conductor de Hoy y se vio duramente criticado por don Raúl, lo tomó con humor y humildad, pero también se impuso el reto de llegar a demostrarle de qué estaba hecho.
No soy de halago fácil, no suelo cobijar con mis afectos a nadie, pero sí puedo decir convencida que él es uno de mis conductores favoritos, pues no todos pueden presumir de tener carisma, amar su profesión y proyectar con esa libertad todas sus emociones, al grado de llevarnos de la risa a la lágrima en un abrir y cerrar de ojos.
Sé que el exigente productor y autor de sus días estará orgullosísimo viéndolo desde el firmamento de las estrellas que ya se nos adelantaron.
NO ESTÁ PARA CANONIZARLA
¿De cuándo acá al morir una cantante popular se le trata como a una santa a la que hay que venerar como si el Papa la hubiera canonizado?
Al menos yo no daba crédito de lo que estaba viendo en un programa de espectáculos con El Gordo y la Flaca, donde más que una entrevista realizada con Tania Soto (imitadora de Jenni Rivera), aquello parecía una escena de la Inquisición, en la que los conductores se dieron a la tarea de enjuiciar a la pobre mujer.
¡Qué cosa! Se la pasaron cuestionándola como si ella hubiera maquinado la muerte de la conocida cantante para tomar su lugar: "¿Por qué aceptaste presentarte en un escenario en forma de cruz? ¿Por qué accediste a cantar cuando todavía no enterraban a Jenni?".
Mientras tanto, Tania, como ciervo lampareado, daba sus argumentos: "El escenario era en forma de 'T'. Además, yo no lo diseñé, lleva años así. Canté porque en la época decembrina es cuando más trabajo sale, y esas presentaciones ya las tenía pactadas, bajo contrato y penalización si no cumplía, mucho antes de que Jenni falleciera".
Y miren que entiendo el motivo por el que de pronto algunos medios eligen dar la razón al "personaje" que más peso tiene, como es el caso concreto de "la Diva de la Banda" o, a falta de ella, su familia, por aquello de seguir contando con sus "favores" (entiéndase declaraciones).
Pero de ahí a machacar a una persona que vive desde hace tres años de imitar a su artista favorita, hay un mundo de diferencia. Intocable, nadie.
Un buen entrevistador no necesita confrontar a su entrevistado para crear controversia y provocar todo tipo de reacciones con su trabajo. Sugiero que vean en Telefórmula la repetición del programa de la periodista Laura Estrada, donde realiza una entrevista con Álvaro Cueva y levanta ámpula por los comentarios que se aventó sobre el medio de la televisión.
Yo digo que, para hacerlo, hay que tener conocimiento y nivel como lo tiene él, pues en este mundillo loco estás perdido si te traiciona la víscera.
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